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Después de caminar mucho (Sindrome de Costen) (página 2)



Partes: 1, 2, 3

Inicio del camino

Un día gris, muy gris en mi casa ,hace más
de dieciocho años , comienza mi sufrir de ALGO que
por mucho tiempo no
tendría nombre, ALGO que  cambiaría mi
vida, en todos los sentidos,
aunque hoy puedo entender que siempre lo padecí, escondido
dentro de mi cuerpo, pero aquel día
sólo  se presentó fuera, como una
crisis de
vértigo .

            La
crisis que experimenté aquella mañana, fue una
sensación terrible, un mareo gigantesco, como si estuviera
sentada en una calesita que giraba a gran velocidad y no
paraba, no se detenía, duró tal vez unos minutos,
para mi fue una eternidad.

            Aún
no puedo explicar en palabras exactas lo que sentí, eso
que salió de mi cuerpo y se hacía visible por
primera vez. Como el cielo gris de aquel día, así
sería por años mi sufrir, gris, triste, desolador.
Comenzaría así mi camino, deambulando de
médico en médico para logar una mejor calidad de
vida, de salud y de
comprensión, que creía merecer, pero
tardaría años en lograrlo.

            Los
primeros médicos que visité lo tomaron como ALGO,
pasajero, me medicaron con pastillas para mareos y nauseas,
tal vez podía ser ALGO en las cervicales…
diagnósticos que sólo mostraban un caso más
de una enfermedad temporaria, un mal movimiento,
ALGO.

            Esas
horribles sensaciones continuaron a pesar de la
medicación, siguieron caídas, la pérdida del
equilibrio,
sensaciones horribles, me levantaba mareada,
tenía naúseas, mis despertares no fueron los
mismos, mis días no fueron los mismos, entre
inestabilidad, mareos y por consiguiente miedo,
desolación y sufrir lo inexplicable.

           
Recuerdo una caída que me quedo marcada, porque en esa
caída sufrí lo que también sufriría
después, la soledad, la inseguridad y
el desconocimiento , esa fue la caída al abismo
de una mente que quería y gritaba que se le diera
más que la palabra ALGO, que me dieran una razón
por sentirme tan mal. 

La caída ocurrió a las ocho de la
mañana en la fila de la boletería del tren, yo
viajaba a la capital, a la
casa de una tía , había dejado a mis  dos
hijos en el jardín de infantes,  cuando me di
cuenta que otra vez mi cuerpo, no podía controlar mi
sensación de inestabilidad, le dije a la señora de
adelante que me agarrara, no me escuchó, creo, y me
caí, y volví a estar sentada en esa calesita
gigante que giraba a mucha velocidad y no paraba, cuando la
horrible sensación se detuvo, vi caras que miraban sin
entender que me había pasado.

Me sentaron en un banco de la
estación, me preguntaron si estaba bien, y me
dijeron:-¡Claudia, nos vamos, llega el tren,
perdona… debemos ir a trabajar! Me quedé sentada en
el banco un tiempo indefinido, me sentía mal,
agotada, débil, pensaba que lejos quedaba todo, mi casa,
el hospital, el jardín. Que lejos estaban todos y yo
ahí sola, más sola que nunca.

Despacio comencé a caminar a casa, estaba como
ida, desolada…así llegué. Le pedí a
una vecina que buscara a mis hijos en el jardín y me
acosté a descansar. Pensé ir al médico, pero
estaba lejos y sola no me atrevía, así que
tomé la medicación para los mareos y esperé
hasta el otro día para ir. Creo que no supe explicarle lo
que me había sucedido, me quedaba otra vez sin palabras
para decirle lo real que era mi crisis, otra vez padecer ALGO,
ALGO, y así continué, ese ALGO, me producía
estar muy mal, pero no había otra
explicación.

            En
el verano viajé a mi pueblo, no me sentía bien,
visité a los médicos conocidos de la familia,
quienes me hicieron varios estudios y me diagnosticaron un
desnivel en el líquido de los oídos, me dieron una
luz, pusieron
una palabra que suplía ALGO, tal vez podía padecer
el SINDROME DE MENIERE (enfermedad del oído
interno causada por un aumento de la presión
del líquido contenido en el laberinto). Sus
síntomas se asemejaban a los míos, vértigo,
ruidos en el oído. Por fin había encontrado lo que
podía suplantar a ese bendito ALGO.

            Cuando
volví a mi casa con el diagnóstico en la mano, tuve la posibilidad
de hablar con mi médico, me indicó que continuara
con el remedio para los mareos, y un medicamento que me
acompañaría por años, creo por todos los
años FOLCODAL 75 (vaso dilatador cerebral) que un
día yo sin entender, le contesté al
farmacéutico; los médicos me lo recetaron, ante su
pregunta: ¿porqué tomaba ese remedio para gente
mayor, si sólo tenía veintisiete años?
            Luego
de la medicación continuaron una serie interminable de
estudios, algunos sencillos, otros desagradables, dolorosos, pero
yo estaba para eso, porque a través de ellos
podría entender porque me sentía tan mal, tan
mal. Me sentía mal a pesar de los remedios, no mejoraba mi
inestabilidad, tal vez disminuía, pero no terminaba,
estaban cada día más interiorizados en mi cuerpo,
en mi sentir y sufrir.

Con los estudios y sus resultados también
comenzaron mis visitas a diferentes médicos y
especialistas, algunos trataron de ayudarme, de apoyarme,
pero no sabían cómo. Otros ni se preocuparon, como
ese especialista de oído que fui con una carta de mi
médico clínico, donde el había escrito lo
que estaba padeciendo, sin leer la carta, hizo un
bollo y la tiró a la papelera, por lo menos me
escuchó y me dijo que siguiera con lo mismo. "Que
MENIERE no tenía cura". Cuando se lo
conté a mi médico no lo podía creer. Ni yo,
que me sentí tan mal, tan poca cosa ante este hecho, que
marcó en parte mi lucha y mi camino a la
verdad.

            Todo
continuó igual, con mi cuerpo cada día buscando
defensas para poder
estabilizarme, tiempos mejores, tiempos peores, tiempos de
alegría, tiempos de soledad y tristeza, con nuevas
caídas, con inestabilidad, miedo,
desorientación, que me llevaron a estar para los
médicos deprimida, a lo cual agregaron a los dos vasos
dilatadores diarios y al de los mareos, un antidepresivo, otro
más a los muchos que tomaría.

            Y
otra vez el abismo, cuando fui a la consulta de otro
médico del oído que me dijo que mi estado, mi
sufrir, NO ERA MENIERE, pues para ser MENIERE, tenía que
padecer sordera cosa que no sucedía en mi caso personal. De
nuevo la incomprensión y la pregunta. ¿doctor que
padezco ? y la respuesta fue ALGO, al que le puso de nombre
SINDROME VERTIGINOSO, un conjunto de síntomas, o sea
estaba enferma tenía ALGO, síntomas que me
hacían sentir así de mal, otra vez lo mismo, otra
vez volver al principio, otra vez ALGO, que no tenía
explicación, sólo yo  tenía que
encontrar las palabras para explicar de nuevo mi sentir y sufrir
a nuevos médicos, porque mis síntomas, mis
caídas, mi inestabilidad, no cesaban, seguían en mi
como el primer día .

De aquel tiempo me quedó la frase que me
acompañaría por años:

"SU CUERPO ESTA EN PERFECTAS CONDICIONES. NO HAY
NADA QUE INDIQUE ENFERMEDAD"! 

Pero yo seguía sintiéndome
mal… 

Tiempos

Desde que comenzó todo, hasta quince años
después, mi vida la puedo dividir en tiempos buenos y
malos. Pues esta forma me permite dividir mis tiempos
según mi sentir. Hoy que ya puedo reír y disfrutar
las cosas desde otra perspectiva, quiero recordar lo bueno y lo
malo, aunque lo malo, dejaría huellas que
tardarían en cerrarse, me sirven para hacer un balance
entre mi incomprensión y mi alegría.

            Los
tiempos buenos fueron a mi entender pocos, pero transcurrieron en
períodos largos, y a pesar que nunca dejé de
sentirme inestable, con naúseas y con todo mi
cúmulo de sensaciones extrañas, fueron tiempos de
tranquilidad emocional.

            
El más importante, fue el nacimiento de mi tercer hijo, al
que llamaría Ignacio; el comenzó a crecer en mi
vientre en medio de interminables y sufridos estudios
médicos. Lo que provoco en mi tener mucho
miedo durante esos nueve meses; esos meses fueron de gran
incertidumbre, pues tal vez, esos estudios podrían
haber afectado en parte su desarrollo.

            
Pero no fue así, gracias a Dios, Ignacio nació
bien, hermoso, fuerte, sano y todos los adjetivos que se puedan
dar. Yo ya tenía dos hijos Leandro (9) y
Sebastián (8), los tres llenaron muchos momentos de
aquellos años, no sólo porque los amaba y por la
alegría profunda de verlos crecer, sino porque los tres
serían un bálsamo a mi sufrir, en una palabra,
cubrirían muchos tiempos de dolor y soledad en mi
salud.

En esos años construimos con mi esposo
Luís nuestra casa, la casa propia , la que habíamos
logrado con tanto esfuerzo,  y donde encontré al
mudarme , tiempos  de satisfacción y 
seguridad ,en la
calidez de sus paredes ,en el verde de su parque ,en el calor de su
hogar. Mi enfermedad permanecía en mi cuerpo, pero
sentía más vigor para seguir buscando mi
curación.

Otro logro en ese tiempo, fue haberme recibido de
maestra, carrera que siempre me había
apasionado. Trabajar como maestra, ayudó mucho a
mi sufrimiento, ya que desde ese lugar, podía ayudar a
otros, y de alguna manera ser ayudada a estar contenida a pesar
de mis síntomas. Seguía buscando mi verdad, como en
el aprendizaje
que se busca el saber. Ese tiempo lo recuerdo con gran
satisfacción, a pesar que para lograr cada día
ir a trabajar, debía crear nuevas defensas para
estabilizarme, ya que el
trabajo alegraba mis días.

         Por
último, un tiempo importante, que luego me llevaría
sin querer a mi verdad y curación, fue mi ALIA,
mi radicación en Israel, este
país nos ofrecía la esperanza de una nueva vida. Se
realizó luego de decisiones muy profundas, de sentimientos
encontrados, no fue fácil irnos de nuestra querida
Argentina, pero era un desafió que deseábamos
afrontar todos juntos, con la esperanza de nuevos aires a nuestra
lucha familiar, en lo económico y en calidad de
vida.

           Israel,
con el pasar del tiempo, me demostraría que es un lugar
donde el cúmulo de creencias, producen una energía
muy positiva, ISRAEL ES LA FUERZA DE LA
FE, y esa FE, sería luego la que me mostraría el
camino.

           Los
tiempos malos, no duraban mucho, pero fueron tantos, que al
juntarlos se acumularon años de dolor y
soledad.

           Crisis,
caídas, internaciones, alternativas para defenderme de mi
inestabilidad, médicos, estudios, más y
más…

          
Cada crisis, cada nueva caída era un nuevo tiempo de
miedos, soledad, angustia, sentirme realmente física y
psíquicamente destruida.

         Cada
internación, cada médico, cada examen
nuevo, era un tiempo de dolor , de incomprensión,
pero también de esperanza , de tener la posibilidad de
tener ALGO que los médicos vieran y puedan darme una
respuesta a ese ALGO  que no tenía explicación
y no se veía, que no conformaba a nadie y menos a
mi..

           Mi
cuerpo en ese tiempo, creó defensas concientes y no, para
mantenerme en pie, las náuseas matinales me
acompañaron todo el tiempo, pensaban en un embarazo, pero
eran naúseas provocadas por el desequilibrio de cambiar de
posición al levantarme, de allí, miles de cosas
más haría para logar que cada día
trascurriera lo mejor posible, pero siempre con el miedo a que en
cualquier momento podía aparecer otra crisis.

           Puedo
resumir en ejemplos esos tiempos malos, ellos marcaron mi
memoria y los
recuerdos con bronca y desesperación. Era terrible no ser
entendida, el desinterés de algunos médicos, que
finalmente culminaron con el diagnóstico que podía
haber ALGO, y ese ALGO, podía ser producido por mi
mente, por lógica
ALGO psicológico que no se veía, pero estaba
ahí.

           Un
ejemplo claro de esos tiempos malos, fue poder justificar
muchos días de licencia por enfermedad en mi trabajo, esa
justificación estaba en mano de un médico que
estudio mi caso y debía firmar la orden para que yo
pudiera cobrar mi salario, de ese
médico, sólo recuerdo su mal trato hacia mi,
sus gritos y lo que dijo al ir a buscar la respuesta:

 -" COMO SE LE OCURRE A UD, QUE YO JUSTIFIQUE
ESOS DIAS, SI EL SINDROME VERTIGINOSO, NO ES UNA ENFERMEDAD, –
POR FAVOR ¡YA MISMO SE REINTEGRA AL TRABAJO!

Me fui de ahí sin poder defenderme de esos
gritos, no supe que decir, sólo pude entender en esa
respuesta grosera y desubicada que no tenía la menor idea
que es un enfermo y el respeto por
éste, que el diagnóstico que me
acompañó por años, Síndrome
Vertiginoso, no era una enfermedad … Desolada, voy directamente
al médico laboral que me
correspondía, con bronca, llanto y desesperación,
le pregunté:

-" DIGAME DOCTOR, SI NO ME JUSTIFICAN LOS DIAS, NO ME
IMPORTA, NO ES PLATA LO QUE QUIERO, LO QUE SI, INTENTO SABER QUE
TENGO Y QUE DEBO HACER PARA QUE ENTIENDAN QUE ME SIENTO MAL,
¿QUE QUIEREN? , QUE ME CORTE UN BRAZO Y SE VEA SANGRE O ME
QUIEBRE UNA PIERNA, QUE TENGO QUE HACER, PARA QUE ENTIENDAN QUE
ME SIENTO MAL" 

A lo cual no tuve respuesta, no se si cobré los
días de enfermedad, sólo recuerdo que continuaba,
terriblemente desorientada, mal, mareada, pero a pesar de todo,
tomé fuerza no se de donde, y empecé de nuevo a
trabajar, llena de miedos, de dolor, cuidando cada cosa para que
una nueva crisis, una nueva
caída no ocurriera.

             Otro
tiempo, que en un primer momento lo tomé como una
esperanza , pero hoy lo recuerdo   como otro tiempo malo,
otro tiempo de aceptar cualquier cosa con tal
de sentirme bien,   fue cuando mi querido médico
clínico Pablo, con el cual pasé gran parte de mi
enfermedad ,que siempre me escuchó y ayudó en
la búsqueda de mi verdad, me miró un
día y ante mi llanto y desolación de no encontrar
respuesta a nuevos estudios , me dijo:- con respeto , pero
también con pena en sus ojos- "Claudia creo que
podríamos ver la posibilidad de visitar a un
psiquiatra…" Yo que obedecía en todo, salí de
ahí y busqué un psiquiatra, con el cual
comencé una terapia de casi dos años hasta mi viaje
a Israel, el psiquiatra me diagnóstico DESORDEN PANICO, y
sobre esa base se limitaba mi terapia en busca de estar estable,
sana, sin naúseas, sin desequilibrio, sin
caídas.

La terapia sólo agregó más remedios
a mi estado, no me daba las respuestas buscadas, sólo las
justificaba, pero a pesar de todo seguía yendo.

       A pesar de la
terapia en mi mente seguía la frase:
SU CUERPO ESTA EN PERFECTAS CONDICIONES.

NO HAY NADA QUE INDIQUE ENFERMEDAD.

        Pero
continuaba sintiéndome mal…

Sentimientos

Mis sentimientos, i enfermedad durante tantos
años, marcaron día a día mis estados de
ánimo y mi sentir. Trataré en esta lista poner
muchos de aquellos sentimientos que sin tener un lugar especial,
fueron vividos intensamente por mí.

– DESESPERACIÓN

– DOLOR

– TRISTEZA

– MIEDO

– SOLEDAD

– AMOR

– ALEGRÍA

– CULPABILIDAD

– BRONCA

– RENCOR

– CARIÑO

– DESORIENTACIÓN.

¡INCOMPRENSIÓN!

Con el palpitar de estos sentimientos y sobre todo con
el de la incomprensión, mi mente llegó a pedir,
rogar que entre los tantos estudios y exámenes a los que
me sometieron, tuviera, quizás, un tumor, o una
infección visible, para ser entendida, que no me
hiciera sentir una mentirosa.

  - Cómo no entender el
cansancio de justificar mi malestar
físico!

  - ¿Hasta dónde
había llegado mi mente? ¿Cuántos
sentimientos acumulados, cuanto llanto, cuanta
desolación?

  -¿Qué era en si DESORDEN
PÁNICO? ¿qué sentimientos había en mi
que provocaron esta perturbación, esta
angustia, este desorden, este desborde solitario y
que los descargaba en crisis de inestabilidad
y pánico?

Los síntomas descriptos por mi concordaban,
según el psiquiatra, con este desorden pánico, pero
que no cesaban a pesar de la terapia y la
medicación.

          
La medicación fue en gran parte contenedora de mis
sentimientos, casi todos ellos servían para eso, para
sujetar mis sentimientos, pues no había aún nada
físico en mi, o sea mis sentimientos fueron
medicados.

– El dolor, con analgésicos.

– El miedo y la angustia, con
tranquilizantes. 

– El desorden, con vasos dilatadores.

– La depresión,
con antidepresivos.

Llegué a tomar diez por día. Pero
éste no era  el verdadero camino , aun tenía
que caminar años de enigmas, pues  a pesar de tantos
remedios, quedaban dentro de mi  los mismos síntomas
de siempre- inestabilidad, náuseas, mareos, zumbidos en
los oídos, estaban ahí dormidos, pero no cesaba el
miedo a una nueva crisis, a una nueva caída, porque ahora
entiendo que la medicación sólo producía en
mi un medio para estar mejor, eran algo que llegó a
engañarme y yo a creer que así podía
continuar viva.

También ese engaño ayudo a seguir con la
frase en mi mente:

SU CUERPO ESTA EN PERFECTAS CONDICIONES. NO HAY NADA QUE
INDIQUE ENFERMEDAD.

Pero no mejoraba, me sentía mal…

Última crisis

Nuestra radicación en Israel fue en septiembre
del 2001 para poder viajar, hicimos varios trámites, entre
ellos la historia médica de
cada uno de los integrantes de la familia.

Mi historia clínica, escrita por mi médico
de Argentina explicaba lo siguiente.

ENFERMEDAD ACTUAL :

  • Síndrome vertiginoso asociado a trastornos de
    la ansiedad (pánico).

MEDICACIÓN:

  • Remeron – Folcodal 75- Modurotic- Rivotril-
    Alplax –(todos estaban explicados con las drogas
    correspondientes que son universales y los miligramos que
    tomada diariamente):
  • DIAGNÓSTICO (confirmado o
    presuntivo )
  • Síndrome vertiginoso asociado a trastornos de
    la ansiedad.
  • Estudios tomográficos y audiométricos.
    NORMALES.
  • Estudio del flujo carótido NORMAL.

Con esta hoja que resumía mi estado de salud de
casi quince años, me presenté en Israel en la obra
social por nosotros elegida. Allí comencé a ser
atendida por una médica clínica y una psiquiatra,
la cual leyó con
ayuda de una traductora la hoja de vida de mi salud y
empecé a ser medicada de la misma forma que en
Argentina.

En Israel, el idioma es el hebreo, lo comencé a
estudiar apenas llegué, pero para comunicarme con las
doctoras necesitaba en un primer momento una traductora, ella lo
hacía con muy buena voluntad y cariño, pero creo
que nunca pudo transmitir la verdad del sentir emocional y
físico que padecía.

La falta de comunicación, sería en mis primeros
años en Israel y hasta hoy, algo que empeoraría mi
INCOMPRENSION ¡!! Pero es lo que había y yo siempre
obedecía. Con la psiquiatra no hice terapia por el idioma,
pero iba a la visita mensualmente por la medicación, y a
través de la traductora al principio y luego sola como
podía, explicar mi estado de salud.

El 24 de mayo del 2003, cumplí las bodas de
plata. Con mi esposo, pasamos el día en el Mar Muerto. A
partir de ese día mi salud, mi estabilidad comenzaba sin
explicación a tener una recaída, visité a mi
médica y a un médico del oído, pero no
encontraron nada anormal, y el día veintisiete de mayo,
nuevamente el abismo, una nueva crisis y una nueva caída
en mi trabajo.

Mis dos hijos mayores me llevaron de urgencia al
médico del oído, que sin entender porque no
podía mantenerme en pie, me derivo al hospital, fui
atendida en la guardia e internada ante mi intensa crisis de
desequilibrio en la sección de neurología, pensaban
que tenía ALGO, en la cabeza, un tumor, ALGO. Me
realizaron una tomografía computada, de la que no
sabría el resultado, hasta varios días
después.

Esa internación, esos días en el hospital,
fueron los días más terribles de todos los
años de mi enfermedad. Tuve que afrontar la falta de
idioma, por lo tanto no ser entendida, no sabían porque me
caía, y yo no sabía cómo explicar esos
quince años de ALGO que sólo tenía interpretación psíquica No quisieron
ponerme alguien que me ayudara con el idioma, llamé a la
señora que me traducía en la clínica, ella
se comunicó con el hospital y me contó que estaban
haciendo todo por mi, no entendí ¿que?, nadie
venía a verme, los médicos me miraban con cara de
qué tendrá …, eso me produjo más
desolación, confusión, MAS INCOMPRENSIÓN.
TODO EMPEORABA.

Prefiero no comentar en detalles los terribles
días que pasé en el hospital, porque me hace mal,
me duelen mucho, me dan mucha bronca e impotencia. Lo que si
puedo decir, que no sé de dónde saqué
fuerzas para caminar sin caerme, agarrada a una silla de ruedas,
recorrí sola el hospital en busca de alguien que me
ayudara con el idioma y poder entender a los médicos, me
tenían tirada en la cama sola y sin explicaciones.
Finalmente una empleada amable, hija de españoles, me
ofreció su ayuda con el idioma ante mi pedido desesperado.
Sólo se que los demás, los que tal vez me pudieron
ayudar me dejaron sola, pero esta señora se
compadeció de mi y fue a la habitación con los
médicos y me tradujo lo que transcribiré
textualmente:

"Los médicos me dicen que en la
tomografía, no sale más que un punto blanco, no
saben si es un punto en tu cabeza o el tomógrafo funciona
mal (textuales palabras). Si lo deseas te podes quedar internada
unos días más y te van a hacer una resonancia
magnética, que puede llevar días , pero si te vas
con el alta médica, ese estudio llevará mucho
más tiempo, porque los médicos piensan que podes
tener ALGO en la cabeza, pero en este momento no tienen
respuesta".

Les solicité el alta médica, deseaba huir
de ese lugar, no me importaba cuanto tardaría el estudio,
no quería pasar una hora más en el hospital, donde
veía caras de médicos desamorados, insensibles ante
mi sufrir, ante mi inestabilidad y mi falta de respuestas claras,
la falta de idioma, por lógica, no ayudaban a entender que
tenía.

El día dos de junio por la tarde fui dada de
alta, con una carta que me acompañaría por muchos
médicos más, Trauma del Pánico (Panic
Desorder), el diagnóstico, y la orden para una resonancia
magnética. Salí con millones de preguntas, sin
respuestas …

Llegué a mi doctora quien trascribió la
carta en su computadora
(en Israel, no existen carpetas médicas como en Argentina,
está la computadora
que guarda tu historia que a mi humilde entender enfría la
relación médico -paciente, sólo la
psiquiatra tenía carpetas de sus pacientes, las guardaba
bajo llave, eran secreto profesional, ¿pero hasta
dónde era secreto, si yo para hablar con ella necesitaba
traductora ?). Mi doctora y también la psiquiatra
encasillaron mi sufrir con las palabras PÁNICO DESORDEN,
la que venían del hospital, donde se entiende hay
médicos especializados, diagnóstico que no me
conformaba por el estado
deplorable en el que me encontraba, física y
psíquicamente. Pero en mi mente seguía de alguna
manera con la frase de siempre:

SU CUERPO ESTA EN PERFECTAS CONDICIONES. NO HAY NADA QUE
INDIQUE ENFERMEDAD.

Pero continuaba sintiéndome muy, muy
mal…

Preguntas

El tiempo de mi vida enferma, estuvo cargado de
PREGUNTAS…

No fue un día, una semana, un mes, un año,
sino años de preguntas con o sin respuestas aceptables,
unas ayudaban a entenderme, otras conformaban la situación
del momento, otras muy académicas, otras muy
filosóficas. Pero hoy puedo decir sin culpa, que esas
respuestas sólo produjeron en mi más PREGUNTAS,
pues sólo justificaban en parte porque mi cuerpo no
podía lograr una verdadera estabilidad física y
psíquica.

Todo ese cúmulo de preguntas y respuestas,
creo… fue lo que provocó en mi cuerpo, en mi sentir, en
mi mente, una única respuesta, estaba
¡LOCA!

¿Por qué esa palabra tremenda?

¿Tal vez por las preguntas sin contestar que
aún estaban en mí?

  • ¿Cómo todos mis estudios daban normal,
    si yo me sentía mal?
  • ¿Qué enfermedad
    padecía?
  • ¿Mi mente inventaba mi sufrir?
  • De ser así ¿por qué mi mente
    producía esos síntomas?
  • ¿Sentía o inventaba?

A esas preguntas se sumaban otras que no podía
responder ni comprender:

– ¿Cómo tenía una familia a pesar
de mi falta de salud?

– ¿Cómo crié a mis tres hermosos
hijos?

– ¿Cómo pude estudiar y ejercer mi
profesión de maestra?

– ¿Cómo pude ser mujer, amiga,
hermana…?

– ¿Cómo pude vivir?

– ¿Cómo…?

Qué fuerzas dentro de mí hacían que
a pesar de todo siguiera adelante con mi verdad, a pesar de
sentirme culpable por mi falta de SALUD y mi LOCURA. A lo mejor
mis fuerzas eran producto de
esas respuestas insatisfechas. Porque yo no… MENTÍA
!

Porqqqqque deseaba profundamente estar bien a pesar de
TODO Y TODOS!

¿Qué? ¿Cómo? ¿Por
qué? continuaron mucho más tiempo, después
de mi última crisis, ¿Pero qué me pasaba, ya
que cada día estaba peor?

  • ¿Por qué había llegado al estado
    de tener que caminar agarrada de las paredes?
  • ¿Mi voz se estaba yendo, ya no podía
    emitir más que sonidos?
  • ¿El dolor de cabeza, no cesaba, ni la
    compresión de mi cara?
  • ¿Mis ojos no se quedaban quietos?
  • ¿Por qué las naúseas, la
    inestabilidad, los mareos?
  • ¿Por qué estaba débil, triste,
    deprimida, nerviosa, llorona, confusa,
    incomprendida?
  • ¿Por qué me sentía tan terrible,
    a pesar del cargamento de medicamentos diarios?
  • ¿Por qué no mejoraba?
  • ¿Por qué sólo volvía a
    recibir como respuesta la palabra ALGO, por parte de los
    médicos?
  • ¿Por qué?

En esa desesperación de preguntas sin respuestas,
mi terror, mi miedo hizo que fuera a la Iglesia a
buscar una ayuda de otro tipo. En aquella capillita, en esa
capillita de la época bizantina me arrodillé frente
a DIOS, le recé y mirando a JESUS a los ojos, le
rogué y le pedí:

POR FAVOR DIOS AYUDAME A ENCONTRAR EL CAMINO, SIENTO QUE
ME ESTOY MURIENDO POCO A POCO, TE LO PIDO CON TODA LA FUERZA DE
MI FE!!!

Al salir de ahí, en mi mente continuaba la
frase:

SU CUERPO ESTA EN PREFECTAS CONDICIONES

NO HAY NADA QUE INDIQUE ENFERMEDAD.

Pero ya no podía más…

Internet

Una vez viendo una película dijeron una frase que
después sería para mí, la respuesta que
estaba buscando.

"CUANDO LA MEDICINA NO
TIENE RESPUESTAS, APARECE DIOS"

Que frase más justa para lo que vendría,
Por fin, mi pedido, mi ruego, mis rezos habían sido
escuchados en aquella capillita.

La verdad de la frase llegaría tres días
más tarde, a través de mi correo
electrónico, en una carta de mi querido tío
Clarence, desde Buenos Aires,
donde me daba el nombre de una enfermedad que podía ser lo
que me estaba afectando. Ningún médico había
sospechado de esa enfermedad, llamada SÍNDROME DE
COSTEN…

En un primer momento pensé, ¿otro
síndrome? ¿Otro conjunto de síntomas? ,
¿Pero por qué no buscar que era? , ¿Por
qué no? Todo era posible ante el estado en el que me
encontraba. Comencé a buscar por Internet esa enfermedad,
para saber qué era, y descubrí lo
siguiente:

SINDROME DE COSTEN, es el nombre de una enfermedad, que
se le dio a las investigaciones
hechas por el otorrinolaringólogo, James Costen, en 1934.
En su investigación Costen hace una
relación, entre un conjunto de síntomas y los
desórdenes funcionales en la Articulación Tempero
Mandibular (ATM), lo que producía
en diferentes pacientes sintomatologías leves o severas,
entre las cuales encontré muchas de las
mías.

Entendiendo esto, continué buscando,
páginas que me pudieran ampliar este Síndrome y
encontrar la punta de un gran iceberg, de un nuevo desafió
por lograr mi curación.

Entre las muchas páginas
Web que hablaban del tema, encontré una en especial,
que no sólo hablaba del Síndrome de Costen, sino de
otra enfermedad que se asociaba a la de Costen, DCM
(Disfunción Cráneo-mandibular), escrita por el DR
JOSE LARENA AVELLANEDA MESA, Estomatólogo
(médico-dentista, especializado en enfermedades de la boca y
los dientes), en DCM, desde Las Palmas de Gran Canaria, Islas
Canarias en España el
escribía sobre su propia investigación. El
había hecho estudios específicos sobre el tema, su
página estaba llena de palabras sencillas que cualquier
persona, sin
ser médico podía entender, en ella explicaba, cada
cosa, Qué era ATM; qué era DCM; qué
síntomas producían en los enfermos que
padecían esta enfermedad con una claridad que me
llevó a entender, que yo padecía casi el ochenta
por ciento de todos los síntomas descriptos por él
en su página
Web.

También explicaba su origen, sus causas,
tratamiento, prevención y un apartado especial, al que el
Dr., llamaba COMPROMISO ARTICULAR (Tema específico
investigado por él, conjuntamente con un grupo de
médicos especializados en el tema), que culminó por
hacerme entender que eso que el doctor explicaba tan
sencillamente, podía ser lo padecido por mí en esos
años.

¿Por qué no creer que podía ser
eso?

¿Quién me podía decir que esto no
tenía nada que ver conmigo, con mi padecer , con mi
interminable sufrir.

¿Por qué no tener una
esperanza?

¿Por qué no?

Así que después de leerla, releerla, una y
otra vez, encontraba en cada renglón, en cada frase, en
cada apartado, con gran sorpresa las respuestas tan esperadas,
sin querer ilusionarme demasiado, ese día al encontrar la
pagina Web del Dr.
Larena, por primera vez, y después de estudiarla
profundamente, comenzaba a cambiar la frase que tenía
grabada en mi mente:

SU CUERPO PUEDE NO ESTAR EN PERFECTAS
CONDICIONES…

PUEDE HABER ALGO QUE INDIQUE ENFERMEDAD

Y aunque estaba mal, surgía una
esperanza…

Pedido de auxilio

La página Web, del Dr. Larena, tenía
además de todo lo descripto, un apartado que él lo
denominaba libro de
visitas. En él, todos las personas que quisieran
podían escribirle, estaba para eso, para escribir, sobre
nuestras dudas, nuestras preguntas, escribir… Allí
leí muchas cartas de
personas desconocidas, que padecían los mismos
síntomas, en forma igual o parecida a los míos, o
sea no era la única, eso hizo que inmediatamente
escribiera la primera carta, pidiendo AUXILIO, una carta
desesperada , o sea una carta no literaria, sino de una persona
en un estado de salud malo, necesitada de respuestas y
ayuda.

Primera carta de auxilio:

Nombre: Claudia Glassel.

Ciudad: Kiriat Gat –Israel

Edad: 44 años

Fecha: 12/06/03

"Estimado Dr., hace exactamente dieciocho años
padezco una enfermedad que tiene síntomas similares a los
usted mencionados, me han tratado por Meniere, tengo
vértigos, mareos constantes, falta de equilibrio, tengo
una caída constante hacia el lado derecho, problemas
oculares, mi enfermedad es como que se duerme y se despierta en
forma muy alterada y fuerte, pero jamás dejé de
estar desequilibrada, esto me ha provocado pánico, del que
me estoy tratando. Necesito, si no le es molestia poder ayudarme,
o darme una pista ya que los médicos no saben lo que es,
me han realizado todo tipo de estudios, los cuales dan bien, pero
mi malestar físico y mi falta de equilibrio no me permiten
seguir así. Estimado Dr. sé que le parecerá
extraña mi consulta, pero ya no se que pensar, no es una
enfermedad que se vea, por lo tanto yo y sólo yo se lo que
siento, mi familia me acompaña pero aún tienen
más dudas que yo, por eso le agradecería que me
conteste, aunque sea que esta nota llegó y si tal vez mi
enfermedad es la que me han mandado desde Argentina. Desde ya muy
agradecida, con el respeto que me merece un cordial saludo
Claudia Glassel".

Un día después, el 13/06/03, vuelvo a
escribir en el libro de visitas, otra carta casi similar a la
anterior pero en ella agregaba lo siguiente:

"Necesito con urgencia una respuesta a mi enfermedad, el
Síndrome de Costen , el cual estoy totalmente segura
padezco, en estos años . Jamás se me hubiera
ocurrido que el problema que padezco es bucal, no tengo ya
dientes propios, sino prótesis en toda
mi boca, y es tan fuerte esto que siento que NECESITO DE SU AYUDA
¡!, QUE HAGO DR? , para que en el menor tiempo posible
comience a sentirme mejor. Le aseguro que jamás
ningún otorrino, ni neurólogo, me dijo de este
síndrome y a mi no se me hubiera ocurrido ir a un
médico dental. Tal vez usted conozca a donde acudir
acá en Israel, por lo que desde ya y sin miedo a ser
pesada, sino cansada de mi dolencia es que me atrevo a preguntar
y solicitar su ayuda, desde ya muchas gracias, con todo mi
corazón
y la esperanza de mi pronta mejoría lo saludo atentamente,
Claudia Inés Hernández de Glassel."

El día 15/06/03, yo estaba en mi casa,
recién me levantaba y al abrir mi correo
electrónico me encuentro ante mi sorpresa y mi
alegría la respuesta del Dr. Larena en la que me
respondía lo siguiente:

"Estimada Claudia Hernández:

Si es portadora de prótesis completas, superiores
e inferiores, haga el favor de quitárselas durante unos
días, sin ponérselas PARA NADA, y si padece un
Costen, le desaparecerán totalmente los
síntomas.

Hágalo y me escribe con los
resultados.

Saludos Dr. Jlarena."

Que felicidad !!!, el Dr. me había contestado, me
estaba dando una punta, un camino, como siempre obediente sin
esperar un segundo me saque las prótesis (las que no
usaría por meses), eso fue por la mañana, a la
noche conteste al Dr. no sólo por mi ansiedad, sino porque
estaba llena de luz, de ganas, no podía creer que me
hubiera contestado.

"Estimado Dr.:

Un millón de gracias, su respuesta llegó
en el momento justo, ya que no estaba nada bien, hice lo que me
ha dicho en forma inmediata, ya que poseo prótesis
superiores e inferiores, en el transcurso del día
sólo he sentido mis oídos un poco descomprimidos
,sólo eso, lo tendré al tanto.

Deseo agradecerle con toda mi alma,
agradecerle y saludarlo atentamente, con el respeto que usted se
merece. Claudia Inés Hernández de
Glassel."

Su respuesta a mis cartas de auxilio no se hizo esperar
y llegó a mi correo, su segunda respuesta en ella me daba
ánimo y consejos con palabras sencillas:

Estimada Claudia:

"Este tranquila y siga las instrucciones que le digo
para saber con relativa seguridad qué padece y procurar
solucionarle su problema.

Por ahora no use las prótesis para NADA, ni para
salir a la calle, aliméntese a líquido y anote los
síntomas que van desapareciendo y los que van quedando.
Dígame por que lado masticaba antes, si lo sabe con
seguridad y si siempre lo hizo por el mismo lado de
masticación.

Saludos Dr. Jlarena."

Estaba FELIZ !!!, por fin otra posibilidad de curarme,
Dios me había dado su ayuda. Mi mente no se por
qué, ya pensaba:

QUE PODIA TENER ALGO FÍSICO. UNA ENFERMEDAD
REAL.

Comenzaban días de esperanza…

Nota del Editor: Todas las cartas escritas
por mi al Dr. Larena se encuentran en el Libro de Visitas de su
página Web, lo que no así sus respuestas, que al
ser personales, las guardo, en un apartado de mi correo
electrónico, desde aquel día 15/06/03, y ya son
más de cuarenta.

Búsqueda

A esas cartas de auxilio continuaron otras cartas de
intercambio entre el Dr. Larena y yo. Intercambio no sólo
de preguntas y respuestas, intercambio del ALGO, que yo buscaba
por años, COMPRENSION.

La página Web que estaba escrita en español e
inglés,
me dio la posibilidad de ir a ver a mi médica y pedirle
una orden para un dentista maxilo-facial, especializado en ATM
.La doctora no muy contenta, (opinión personal), me la
dio, pero para ella mi diagnóstico estaba ya cerrado en
Trauma del Pánico ( Panic desorder).

Con esa carta llegue al dentista en
compañía de una amiga que hablaba hebreo, le trate
de explicar, le entregué la carta de la doctora de
familia, la página del Dr. Larena en inglés y en
cinco minutos, y no miento, en cinco minutos me dijo lo
siguiente:

"Usted padece una enfermedad crónica, qué
se le va hacer, tome estos analgésicos, este
antibiótico por si hay infección y póngase
paños de agua caliente
en cada lado de la cara "

Creo, no se, me parece que se despidió, y
terminó la consulta, nada más, salí de
ahí, entendiendo menos de lo que sabía al
entrar…

Para mi cada día que pasaba, estaba más
convencida que lo que hablaba el Dr. Larena en su página,
no era descabellado, por eso comencé en forma particular,
ya que la obra social no cubría este tipo de
médicos a buscar un Estomatólogo, lo
encontré en Tel Aviv, era argentino, le hablé por
teléfono, me dio la cita y me dijo que la
consulta costaba cien dólares.

Fui con mi amiga aunque el médico hablaba
español, ya que mi estado de estabilidad, seguía
siendo malo. Llegué tarde unos minutos por problemas con
el tren, pero me atendió igual, eso si, descontando del
tiempo de mi consulta los minutos de retraso. Le expliqué
a mi humilde entender qué padecía, le mostré
los escritos del Dr. Larena, la carta de mi médica que
siempre me acompañaba, y la radiografía
panorámica de mi boca que él me había
solicitado. Después de moverme, apretarme la cabeza, mover
mi mandíbula de un lado a otro, y llegar a marearme, lo
mire y le dije ¿qué tengo doctor?, no
olvidaré sus manos debajo de su barbilla y su cara de
saber, (opinión personal), aquella
conclusión:

"Yo creo que usted primero debe ponerse las
prótesis sino se le va a deformar la boca, segundo tiene
una gran compresión en la cabeza, póngase
paños de agua caliente en la frente, en la mejillas y en
el cuello cuatro veces al día y tercero vaya a su
psiquiatra y dígale de mi parte que le agregue VALIUM, eso
la va a ayudar a descomprimir, y vuelva en un mes,
estudiaré su caso"

Tardó veinte minutos, porque como dije antes
llegué tarde, me cobró los cien dólares y
salí de ahí, con un ataque de nervios, menos mal
que estaba con mi amiga, porque de la bronca y del mareo que me
había provocado moviéndome tanto la cabeza, hubiera
llegado a otra crisis de inestabilidad. El primer paso para
él era OTRO REMEDIO. ¡No lo podía creer,
llegué a mi casa y tiré a la basura TODOS,
los medicamentos que tenía y pensé en mi
desolación, mejor morir sin remedios!

Después de eso, triste y llorando le escribo al
Dr. Larena y le explico lo siguiente el 22/06/03:

"Estimado Dr. Larena:

Hoy he asistido a la consulta con el Estomatólogo
en Tel Aviv… (Le relato todo) y además escribo, otro
día sin respuestas, estimado Dr., no deseo molestarlo
más, ¿pero puede ser que mis síntomas sean
por un estado psiquiátrico, que data de dieciocho
años y de tensión muscular? Dr. ¿Qué
tendrían que hacer los médicos de acá para
darse cuenta de que es la verdad?, mis preguntas son muchas, ya
no descarto nada, sólo se que desde que no uso las
prótesis he mejorado mucho mi estado anterior, aunque
persiste en menos grado la inestabilidad y los demás
síntomas, y eso no sólo lo siento yo, sino
también mi familia y mis amigos y ya no tomo más
medicamentos, se terminaron, basta de drogas.
¿Por eso qué me aconseja? Gracias,
Claudia."

La respuesta llegó el dia 24/06/03, en la que el
Dr. contesta a mi desesperación:

"Estimada Claudia:

Siento que no le crean, que mis colegas sigan con su
"miopía" en todo este asunto del compromiso
articular.

Creo que usted no inventa nada y que por lo tanto no
sufre de enfermedad psíquica ninguna, y usted no tiene que
demostrar nada a nadie, sencillamente tener la suerte de
encontrar un médico que sepa lo que padece y solucionarle
su problema.

Saludos Dr. Jlarena."

Esa contestación me tranquilizó bastante,
pero seguía sin encontrar acá en Israel quien
pudiera dar con mi padecer. Asisto de nuevo a mi doctora y le
solicito una nueva orden para el departamento Temporo-mandibular
del Hospital Kaplan, tenía el dato que había buenos
médicos allí, la doctora al principio se niega
porque no cree mucho lo que digo (opinión personal),
más aún cuando le comunico que había tirado
toda la medicación y no las tomaba más, su enojo
era tal , que yo como no entendía mucho hebreo, no puedo
decir con exactitud , pero sólo se que me dijo que yo no
tenía por qué hacer eso sola ,no quise escuchar
más y le pedí de nuevo la orden y de muy mala gana
me la dio por fin.

Pedí un turno en la sección Temporo
Mandibular del hospital Kaplan, y por suerte los miércoles
había un médico que hablaba español, por lo
que solicité el turno. Asisto acompañada por mi
esposo y mi hijo menor que entró conmigo, le explico al
Dr. que padecía, le entrego todo lo que tenía, la
orden de la doctora, la página del Dr. Larena, me mira la
boca por dentro (yo nunca más me había vuelto a
poner las prótesis), se da vuelta y en hebreo le habla a
la enfermera, mi hijo menor que si entendía hebreo me dice
– mamá vamos te están tratando de loca …
Salimos, esperamos la carta para la médica de familia, y
en ella lo único que pone es que padezco PÁNICO
DESORDEN.

Por más naturalidad, por más respeto que
ponía en decir que sentía, no me entendían,
y en una de sus cartas el Dr. Larena me decía que nadie
debería sentirse ofendido si yo explicaba lo que
podía padecer con el compromiso articular, si solicitaba
que fuera palpada en el fondo de mi articulación bucal y
comprobar la patología del compromiso articular, pero ni
en español me entendían…

En mi deambular en Israel, de médico en
médico, igual que en Argentina, sólo
encontré más incomprensión a mi sufrir, por
lo que me di cuenta que lo que más pesaba, lo que
más valía, no era mi respeto, ni tener interés en
escucharme, la naturalidad, las cartas, la página Web, lo
que más pesaba era la carta con mi diagnóstico
PANICO DESORDEN. Era una mujer marcada

PERO SEGUI BUSCANDO MI VERDAD. AHORA SABIA QUE ESTABA
ENFERMA.

Pero continuaba sin encontrar al médico
adecuado…

Lo que
entendí y aprendí

En una de las cartas el Dr. Larena me hace cinco
preguntas, que al respondérselas comprendí, que
había encontrado las palabras para describir mi enfermedad
y que fueron entendidas, cosa que hasta ese momento no
había sucedido, esas preguntas eran:

1) ¿Qué síntomas le van
quedando?

2) ¿Cuáles le han desaparecido?

3) ¿Cómo y dónde es el dolor que
siente?

4) ¿Cuándo tiene en el día
más dolor?

5) ¿Cómo sigue de los mareos?

Esas preguntas la respondí el dia
25/06/03…

"Estimado Dr. Larena:

Cada vez estoy entendiendo más mi enfermedad, lo
que me ayuda a seguir en busca de un profesional, que logre
entenderme y curarme. En su respuesta, la que agradezco
profundamente, hay preguntas que me he ido contestando en estos
días y quisiera respondérselas:

  1. Los síntomas que aún tengo, pues parece
    estoy más atenta a ellos, son: zumbidos en los
    oídos, un poco de dolor en el compromiso articular
    derecho, molestia y dolor en el oído derecho,
    inestabilidad al salir a la calle o en mi casa (no todo el
    tiempo), a veces dolores en la sien derecha y visión no
    buena (veo por momentos doble).
  2. Me han desaparecido , el mal humor,( ahora me
    río y no estoy enojada), el decaimiento general, he
    vuelto a tener voz , aunque más grave, la angustia
    constante, las náuseas, los vómitos , el
    miedo a salir sola por mis caídas, el malestar constante
    en mi boca y en toda mi cara( como si ahora estuviera
    relajada)
  3. El dolor que siento en este momento es mi oído
    derecho, es como si todo el tiempo tuviera algo dentro de
    él ( no es fuerte , es constante), lo que hace que
    continuamente me toque para ver que hay, la mandíbula
    derecha a la altura de la articulación, pero no
    sólo por dentro, sino por fuera como un calambre, a
    veces dolor en la sien derecha, el cuello como contracturado
    sobre todo de tarde, por la noche y cuando duermo (mi cuello al
    moverse en la cama está como contracturado, uso ahora
    almohadas altas, he notado que con ellas mi cuello está
    mejor), el dolor en mi brazo derecho, el traumatólogo me
    mandó quimioterapia (sic. Fisioterapia), pero
    ahora dudo que no sea de mi enfermedad ( no voy a dejar de
    hacer las mismas a pesar de mis dudas), este dolor no es
    sólo cuando uso el brazo ,sino estando quieto
    también, sobre todo del codo a la mano.
  4. Tengo más dolores en el transcurso del
    día, del mediodía a la noche, ya no me levanto
    con naúseas y mareos bruscos, pero a medida que pasa el
    día aumentan los mismos.
  5. Con respecto a los mareos como le conté antes,
    tengo una inestabilidad hacia el lado derecho, mareos pocos,
    mas bien como que floto y a veces mi visión, como va
    empeorando en el transcurso del día no me permite
    estabilizarme en el espacio.

Eso es por ahora lo que más noto en mi , pero
ayer Dr. volví a leer y ver las fotos del
compromiso de su página Web, hice nuevamente lo que usted
me mandó, me toqué dentro de mi boca a la altura de
los compromisos articulares y noté que dentro de mi boca,
el compromiso articular del lado izquierdo, es diferente al
derecho, el derecho es más grande , está como
inflamado, como que ocupa mucho espacio y al apretar me duele, no
tanto como hace días , pero continúa el dolor, en
cambio en el
izquierdo cuando aprieto es sólo una molestia y se palpa
chico y hueco al final .Dr. esto es lo más importante en
estos días sin las prótesis, sólo me queda
preguntarle , si los síntomas sin las prótesis ,
desaparecerán paulatinamente o sólo con la ayuda de
un profesional para ver el tratamiento adecuado, se irán
definitivamente ¡!.No se si me entiende la pregunta,
sólo que mi duda es si a pesar de no tener las
prótesis, ¿es normal seguir teniendo ciertos
síntomas? Estimado Dr. me despido, con la seguridad que
entenderá mis palabras y enviándole desde
acá todo mi agradecimiento y mí respeto,
atentamente Claudia."

La respuesta a esta pequeña historia
clínica de mi estado de salud llego el día
26/06/03

Estimada Claudia:

No se preocupe por el error, ya me lo imaginaba (esta
aclaración del Dr. la hace porque le escribí
nuevamente, pidiendo disculpas por escribir quimioterapia en vez
de fisioterapia en mi carta)

Por lo que describe en el e-mail la
sintomatología es más por su lado derecho. Bien, lo
frecuente es que el compromiso sea debido al llevar, al usar las
prótesis, un compromiso prótesis- hueso uni o
bilateral, pero puede ocurrir que también se produzca un
compromiso hueso- hueso, maxilar- mandibular y también uni
o bilateral. Espero que me entienda. En su caso y sin verla no me
atrevo a asegurar nada, pero por lo que va narrando, puede que
haga con las prótesis compromiso bilateral
prótesis- hueso y sin las prótesis compromiso
hueso- hueso unilateral derecho. Con lo que quiero decir que con
o sin prótesis puede tener compromiso y entonces no le
desaparecerán sin tratamiento los síntomas que le
quedan por su lado derecho.

Mire Claudia no se asuste por lo que le voy a decir
¿por qué no prueba a volver a ponerse las
prótesis para masticar y comprobar que le regresa de la
sintomatología que le había desaparecido? Esto
sería sólo para comprobar el diagnóstico. Lo
dejo a su libre elección por si le quedan dudas. Otra
cosa, por favor duerma sobre su lado izquierdo.

Hasta mañana Dr. J Larena."

Ante esa respuesta, no dude en seguir sus instrucciones
y me coloqué nuevamente las prótesis, a lo cual
sigue mi relato del dia 29/06/03.

"Estimado Dr. Larena:

Luego del viernes pasado, el cual fue terrible para mi,
estoy acá un poco mejor para contarle mis síntomas
al colocarme nuevamente las prótesis. Tras colocarme el
día jueves por la tarde, a las cuatro horas,
comencé con naúseas, las cuales creí,
sería por el poco uso de las mismas, en las últimas
semanas. Luego dormí toda la noche con ellas muy mal, con
pesadillas y malestar, con problemas de estómago o
hígado. Al despertarme estaba con un fuerte mareo y
vértigo, la vista no se quedaba quieta, todo se
movía a mi alrededor, lo que provocó, un gran
malestar en mi, con naúeas, con dolor en la cara como si
tuviera fiebre en
ella.

El ojo izquierdo comenzó a moverse y a
molestarme, me continuaba con fuerza el zumbido en los
oídos, el malestar general, me continuó todo el
dia, con todos lo síntomas anteriores, con angustia,
llanto, muy feo, me saqué las prótesis, luego que
mi hijo lo llamara a la consulta y usted aconsejara
sacármelas con urgencia. Ahora , es domingo a la tarde mi
estado es de inestabilidad, zumbidos en los oídos, menos
mareos, menos estado vertiginoso, menos dolor en la cara y lo que
siento, es como que a cada rato se destapan mis oídos, eso
provoca que sienta que cae agua o algo hubiera
adentro.

Estoy mejor de ánimo, pero con temor a mis
síntomas y bronca porque no mejoro, veremos…Lo que
si se que tengo esperanzas porque no claudicaré ante mis
descubrimientos y su ayuda, que son para mi muy, pero muy
importante, ya que no pierdo la esperanza de encontrar quien sepa
del tema, me escuche y me ayude.

Dr. Larena , no se si todo lo que le cuento esta
bien explicado, es lo que puedo decir por ahora, espero sus
dudas, sus preguntas para contarle mejor lo que me cuesta tanto
poner en palabras. Estimado Dr. como agradecerle tanta ayuda de
su parte, creo que nunca tendré tiempo para agradecerle su
comprensión y apoyo en mi búsqueda de la verdad,
que tanto cuesta hacer entender. Me despido con el cariño
y el respeto de siempre y nuevamente GRACIAS ¡!
Claudia."

A esta carta el doctor me responde lo siguiente el dia
30/06/03:

"Estimada Claudia:

Creo que ya tiene claro que las prótesis empeoran
su estado de salud y le perjudican. Sólo con no
ponérselas más se irá mejorando. Verá
como se pondrá mejor a medida que vaya pasando el tiempo
sin llevarlas. No se las vuelva a poner para nada.

Saludos y escriba cuando le apetezca.

Dr. J Larena."

Luego de este intercambio entre el Dr. Larena y yo
entendí y aprendí mucho:

  1. Siempre tuve problemas con mi boca y mi dentadura
    desde que tengo uso de razón, fui portadora de
    coronas, extracciones, prótesis parciales y totales,
    sin darme cuenta los dentista, todos por los que pase,
    habían sido casi mis médicos de
    cabecera.
  2. En el año 1985, me realizaron mis primeras
    prótesis parciales.
  3. En el año 1986 tuve mi primera crisis y mi
    primera pérdida del equilibrio y
    caída.
  4. Entre los años 1985 al 2003, fui portadora
    de diferentes prótesis parciales, con extracciones de
    dientes y muelas.
  5. En febrero del 2003, me extraigo los últimos
    dientes y me realizan prótesis totales inferiores y
    superiores.
  6. En mayo del 2003 padezco mi última y peor
    crisis y caída.

Partes: 1, 2, 3
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